martes, 31 de julio de 2012

EL HOMBRE ILUSTRADO (1951), DE RAY BRADBURY. LA ESCRITURA LUMINOSA.


La reciente muerte de Ray Bradbury me sorprendió por el mismo motivo por el que me han sorprendido otras muertes de escritores o actores famosos: no estaba seguro de que siguiera vivo.  De hecho, Bradbury nació en el año 1920, por lo que se acercaba al siglo de vida. Pero esto no tiene importancia, lo que importa son sus escritos, por los que va a seguir vivo eternamente, al menos si no se cumple la siniestra distopía que narraba en "Fahrenheit 451", en la que los bomberos se dedicaban a destruir depósitos de libros clandestinos.


Aparte de la obra ya mencionada, también había disfrutado sus magníficas "Crónicas marcianas" (es curioso como la telebasura se inspira en la mejor ciencia ficción para dar nombre a sus programas, si no que le pregunten a Orwell), una serie de cuentos que narraban una hipotética historia de la colonización humana en el planeta rojo. En los cuentos de Bradbury no importa tanto el rigor científico como la reflexión acerca de la relación del hombre con la tecnología del futuro, esa que le permitirá explorar otros planetas y, quizá, relacionarse con seres de otros mundos. A pesar del pesimismo latente en casi todos sus escritos, Bradbury posee lo que podría denominarse como "escritura luminosa". Para él el ser humano es la medida de todas las cosas: no importa cuanto cambie la tecnología su visión del mundo, su espíritu sigue estando ahí, así como su capacidad de asombro y su anhelo permanente de libertad.


Escritos en una fecha tan temprana como 1951, estos relatos han influido poderosamente en la ciencia ficción posterior. El relato que cierra el volumen, "El cohete", posee una magia especial: un hombre de condición humilde (como la mayoría) contempla fascinado todos los días los cohetes que surcan el cielo hacia otros mundos sabiendo que nunca va a realizar su sueño de ser pasajero en uno de ellos. Aún así, se las arregla para llevar a sus hijos a un viaje espacial, usando sus propios medios. Es muy posible que Peyo, el autor de "Los pitufos", leyera este relato para inspirarse en la realización del cómic "El cosmopitufo". Hay otros cuentos inolvidables en "El hombre ilustrado": en uno de ellos, los escritores y personajes de la literatura fantástica y de terror se han tenido que exiliar a otro planeta ante la prohibición de ser leídos en la Tierra. En otro "Marionetas S.A.", que a mí me gusta mucho y ha debido inspirar a más de un guionista de Hollywood, una empresa clandestina le ofrece a uno la posibilidad de ser sustituido por un robot a su imagen y semejanza. "Ninguna noche o mañana particular" es un relato metafísico. Hay algo muy particular en Bradbury, que recorre buena parte de este cuentos, una obsesión con la guerra nuclear como aniquiladora del género humano muy comprensible en la época en que fueron escritos. Pero lo mejor es dejar de leerme a mí y disfrutar con la escritura luminosa del gran autor estadounidense.

2 comentarios:

  1. A mí también, con la muerte de Bradbury, me apeteció leer esta colección de relatos. Alguno lo había leído antes. Reconozco que ahora me han parecido un poco ingenuos y anticuados. De hecho, muchas de las historias no tenían por qué ambientarse en viajes interplanetarios, sin embargo, la época en la que se escribieron está también reflejada en ese tipo de fantasías tecnológicas.

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  2. Han quedado algo anticuados algunos de estos relatos, es cierto, pero hay que tener en cuenta que muchas de las ideas de Bradbury han sido la base de novelas y películas mucho más sofisticadas.

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