viernes, 23 de septiembre de 2011

LA DEUDA (2011), DE JOHN MADDEN. VOGEL EN BERLÍN.


La reciente lectura que realicé del ensayo de Hannah Arendt "Eichmann en Jerusalén" ha conseguido que el visionado de esta película me haya resultado especialmente estimulante, porque los temas que trata entroncan, aunque sea de pasada, con los planteados en el libro.

"La deuda" cuenta la historia de un comando del Mossad que es mandado al Berlín dividido de los años sesenta con la misión de capturar a un antiguo criminal nazi, el carnicero de Birkenau, que se gana la vida en la parte oriental como respetable ginecólogo. El comando lo forman dos hombres y una mujer, que pronto formarán un extraño triángulo amoroso, alimentado por la tensión y las muchas horas de convivencia.

La película se mueve entre el presente y el pasado. Al espectador se le da a entender que aquella misión dejó heridas abiertas en los tres protagonistas, pero la información va llegando acertadamente dosificada. Muchas son los momentos a destacar de esta película: los primeros encuentros de la muchacha con el doctor, haciéndose pasar por paciente, la captura de Vogel, una escena que logra captar toda la atmósfera de las antiguas novelas sobre la guerra fría y, sobre todo, las tensas relaciones entre el viejo nazi y sus captores, que han de refugiarse en un piso esperando el mejor momento para llevarlo a juicio en Israel. El personaje que compone Jesper Christensen va a resultar verdaderamente diabólico. Una vez descubierto como nazi va a actuar como tal, tratando de provocar en todo momento a los judíos, acusándolos de debilidad, de ser un pueblo indefenso, cuyos componentes se encaminaban a la cámara de gas sin rechistar.

Aquí me surge la misma pregunta que hacía Arendt en su ensayo: ¿Tenían derecho los israelitas a capturar nazis para enjuiciarlos en su país? Quizá moralmente sí, puesto que en el juicio de Nuremberg se habló mucho de guerra de agresión, pero muy poco del holocausto y ellos se sentían un pueblo especialmente agredido, que había sido condenado al exterminio por los alemanes cuando no contaban con medios para defenderse ni un territorio propio y querían demostrar al mundo su fortaleza enjuiciando a sus verdugos. También es cierto que Israel ha usado en muchas ocasiones esa fuerza para aplastar a los pueblos vecinos, especialmente al palestino, al que asfixia todo lo que puede.

Al margen de polémicas acerca de los israelitas y el Mossad, "La deuda" es una película absolutamente recomendable, con una historia interesante y bien contada, que utiliza muy bien los dos ámbitos temporales en los que se mueve y mantiene al espectador interesado en todo momento con lo que sucede en pantalla. Además, muchas de sus escenas están dotadas de un clasicismo que cada vez es más escaso en el cine actual. Es posible que sea una de las mejores películas entre los estrenos de este año.

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