lunes, 11 de abril de 2011

¡INDIGNAOS! (2011), DE STEPHANE HESSEL. LA REVOLUCIÓN QUE VIENE.


Hay un aspecto de los periódicos que se publican por internet que me encanta: los comentarios que libremente los lectores podemos hacer en las diferentes noticias. Cuando se trata de noticias referentes a nuevas reformas o a las cifras de paro, que suben mes a mes, la tónica general de dichos comentarios suele ser la indignación. Lo mismo sucede con las tertulias televisivas o con los comentarios que se escuchan en cualquier conversación: parece que la gente esté a un paso de echarse a la calle, exigiendo que las cosas cambien, pero nunca sucede.

Este librito, escrito por un antiguo miembro destacado de la Resistencia francesa y además uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos está dirigido preferentemente a los jóvenes, pero no debe hacerle ascos cualquier miembro de la sociedad que se encuentre desconcertado ante la situación en la que nos encontramos, donde los muy ricos siguen ganando dinero a espuertas, el Estado financia sus pérdidas y los demás nos vamos hundiendo poco a poco. Se ríen de nosotros descaradamente. Pero nadie reacciona.

Como bien dice Hessel, si fue posible instaurar el estado del bienestar en la destrozada Europa de la postguerra ¿cómo es posible que ahora, que somos infinitamente más ricos, se tenga que desmantelar? Es la codicia infinita de unos pocos lo que está logrando esto. Casi todo el mundo es consciente ya de que los gobiernos son títeres en manos de los mercados. Miren el caso de Portugal. Salga el gobierno que salga de sus elecciones, su actuación va a ser meramente testimonial, pues será un mero ejecutor del plan de rescate que, al igual que ha sucedido con Irlanda y Grecia, endeudará durante generaciones a la población para pagar los desmanes de unos responsables a los que los ciudadanos han de sacar las castañas del fuego sin más razón que porque así lo dictan los mercados.

¿Y quienes son los mercados? Los mercados son aquellos que Tom Wolfe en su magnífica novela "La hoguera de las vanidades" definía como "amos del universo", aquellos que ganan dinero a espuertas en operaciones ficticias cuyo fundamento son meras expectativas de futuro fabricadas por auténticos arquitectos financieros que solo buscan dinero fácil y rápido. Hablar hoy día de banca pública, o de redistribución de riquezas por parte del Estado es casi como ser bolchevique. Lo más gracioso es que quienes se oponen a ello dicen hablar en nombre de la libertad (económica, se sobreentiende, que es la única que les interesa):

"Los bancos, una vez privatizados, se preocupan mucho por sus dividendos y por los altos salarios de sus dirigentes, no por el interés general. La brecha entre los más pobres y los más ricos no ha sido nunca tan grande, ni la búsqueda del dinero tan apasionada."

El mensaje de Hessel es la búsqueda de una revolución por medios pacíficos, que cambie el rumbo actual. Hemos flirteado ya con el desastre. La próxima crisis, de seguir así las cosas, podría ser verdaderamente catastrófica, con unos Estados endeudados, incapaces de hacer frente a las necesidades básicas de sus ciudadanos. "¡Indignaos!" no es un ensayo erudito, es más bien un manifiesto escrito por un autor de noventa y tres años con el fín de despertar conciencias. Que tenga que ser un hombre tan anciano el que nos inyecte vigor a los demás no deja de ser una deliciosa ironía:

"Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos."

2 comentarios:

  1. Estimado Miguel: Indignáos, nos ha venido a dar la razón a muchos que solemos visitar a diario los foros para alentar a las personas a que tomen otros rumbos en su economía particular.Una de ellas el suprimir totalmente el dinero plástico,el cual es una de las fuentes inagotables de recaudación para sus dueños,y una aspiradora permanente del dinero de los usurios. Parece que pocos son aquellos que se detienen aunque sea unos minutos a pensar quienes son los que mueven semejantes cifras de dinero.
    He observado como unos bien organizados holdings adquirieron en la década de lo noventa empresas exitosas,fundadas en la ciudad donde resido.Esas empresas fueron desmanteladas,sus obreros y empleados despedidos.Por qué lo hicieron? Para que la gente si o si debiera consumir las marcas internacionales de estos holdings.Cientos de personas quedaron sin trabajo y ese cuento ha sido repetido por todo el cono sur de América, respaldado por gobiernos neoliberales.Esta es la receta que estan imponiendo a la UE.
    A unos los condenan a la falta de trabajo y a otros los esclavizan. Así de simple.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo contigo, Beatriz, y gracias por tan esclarecedora explicación.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar