domingo, 24 de octubre de 2010

WIKILEAKS ¿EL NUEVO PERIODISMO?


¿Es la prensa de hoy día demasiado condescendiente con quienes nos gobiernan? ¿Nos ocultan datos a sabiendas? La revelación de documentos secretos del Pentágono a través de su portal Wikileaks ha puesto a Julian Assange en el ojo del huracán.

En primer lugar hay que decir que a nadie coge por sorpresa la aberrante actuación de Estados Unidos y sus aliados en Irak, ya ilícita desde su mismo origen, allá en las islas Azores. Todos sabiamos de la abundante muerte de civiles inocentes, las fotos de las torturas a prisioneros en prisiones iraquíes habían sido publicadas por todos los periódicos... Pero lo que ahora sale a la luz sube un nuevo escalón en la escala de lo siniestro, si esto era posible, pues se nos narran suscintamente millares de episodios de la vida cotidiana en aquel país condenado a no recuperarse en años a través de los detallistas informes del Ejército norteamericano, una especie de vida íntima del horror, donde no faltan muertes indiscriminadas de víctimas inocentes.

Wikileaks es un portal polémico, y no solo por las filtraciones de documentos del Pentágono, pues ha sido protagonista de algunas acciones que difícilmente podrían calificarse como éticas, como la publicación de los mensajes de los neoyorkinos moribundos en los últimos instantes de las torres gemelas antes de caer derribadas o la lista completa de nombres y direcciones de personas pertenecientes al Partido Nacional Británico (un partido inglés de ideología racista), pero ahora ese héroe acosado de tonos grises que es Julian Assangre concede una entrevista a El País y deja estas declaraciones, de una lucidez impresionante:

"No sé si es posible comunicar lo que he aprendido. Hay dos cosas que me vienen a la mente. La primera, la muerte a escala mundial de la sociedad civil. Rápidos flujos financieros, por transferencias electrónicas de fondos que se mueven más rápido que la sanción política o moral, destrozando la sociedad civil a lo ancho del mundo. El poder económico permite a oportunistas en cualquier sociedad conectada al sistema financiero global extraer riqueza robada con un comportamiento inmoral para llevarla a destinos lejanos o a oscuros y opacos vehículos financieros difíciles de atrapar. En este sentido, la sociedad civil está muerta, ya no existe, y hay una amplia clase de gente que lo saben y está aprovechando que saben que está muerta para acumular riqueza y poder."

¿Debemos apoyar la postura de este hombre? ¿Es bueno que datos de esta índole salgan a la luz pública? La verdad siempre es algo positivo, sobre todo en cuanto afecte al asunto podrido de Irak. No lo es tanto cuando daña a la privacidad de las personas. Como tantos otros asuntos de este siglo, tomar partido no quiere decir apoyar al bien o al mal, sino a una determinada manera de observar el mundo. Aparte del evidente e irreparable horror provocado por la intervención bélica, produce estupor advertir las enormes fallas de seguridad que padece el Pentágono, que únicamente puede defenderse aduciendo que la salida a la luz pública de estos documentos ponen en peligro la seguridad de sus soldados. Quisiéramos ver también un poco de autocrítica. Y algunas disculpas.

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