viernes, 22 de enero de 2010

LA OLA (2008), DE DENNIS GANSEL. CURSO ACELERADO DE FASCISMO.


Todos tenemos claro que el fascismo es un concepto que nos es ajeno, algo que sucedió nebulosamente en el pasado, porque los que nos precedieron eran gentes injustas o cobardes y se dejaron dominar, con más o menos entusiasmo, por unos gallitos de corral.

La premisa que plantea "La ola", una de las más recientes sorpresas del cine europeo, resulta muy interesante. ¿Cómo fue posible el nazismo en Alemania? ¿Es posible que algún día regrese? ¿Cuáles serían las premisas para tal regreso?

El profesor Wenger debe impartir a sus alumnos un seminario sobre autocracia y no se le ocurre nada mejor que hacerlo con clases prácticas. Aunque en principio los alumnos se sienten escépticos y protestan por la sobredosis de culpa que se les ha transmitido como nietos de los responsables del nazismo (eso sí es memoria histórica, y no lo de nuestro país, pero eso es otro tema), pronto acogerán con entusiasmo la propuesta de su nuevo Führer.

Con una velocidad sorprendente, la mayoría de los alumnos acoge con simpatía su nueva situación: el hecho de pertenecer a un grupo homogéneo, la comodidad de abandonar las libertades individuales al arbitrio del grupo y su líder, el sentirse identificados por un símbolo, el identificar a los anarquistas como enemigos... El profesor Wenger empieza también a saborear las mieles del poder absoluto, aunque sea a pequeña escala... y el experimento se le acaba escapando de las manos.

Dentro del grupo de alumnos también existen disidentes, claro. También los hay en los paises totalitarios, gente que es capaz de pensar por sí misma y jugarse el cuello en la oposición al régimen. En dichos paises siempre hay élites: grandes industriales, banqueros y millonarios en general. Es curioso el incondicional apoyo que suelen brindar al líder de la nación. Les es muy útil para mantener a la ciudadanía aborregada y sin un pensamiento propio. Ahora esa función la cumple a la perfección la televisión. En la película dichas élites están representadas por la dirección del centro, que observa con simpatía la disciplina que La Ola inculca a los alumnos. Claro que dicha disciplina suele ir acompañada por las semillas de la violencia...

Dennis Gansel , lejos de entregar una obra maestra, consigue una película entretenida, con buen ritmo y, sobre todo, reflexiva. Nos hace darnos cuenta de lo fácilmente que el fascismo puede penetrar en nuestra vida cotidiana. Como el hecho de que en pueblos como Vic o Torrejón de Ardoz se nieguen a empadronar a los inmigrantes ilegales, puede desatar la chispa que haga a algunos dirigentes políticos declarar que aquí no cabemos todos. Peligroso. La demagogia y el fascismo suelen ir unidos. Es fácil cargar con la culpa de una mala situación económica a los más débiles. Es útil, para los verdaderos culpables, los que han recibido toda la ayuda de los gobiernos para seguir enriqueciéndose desviar la atención sobre los verdaderos males y fomentar el debate acerca de quienes son ciudadanos y quienes son apestados sin derecho siquiera a una prestación médica.

2 comentarios:

  1. Miguel, hace unos meses que vi esa película y da un claro ejemplo de la erótica del poder y de cómo puede llegar a cambiar a quién lo consigue. Estoy de acuerdo contigo que es una película muy interesante y da qué pensar.

    Abrazos
    L;)

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  2. Bueno, yo en principio pensé que era muy exagerada la velocidad en la que los alumnos se transformaban, pero por lo visto está basada en hechos reales acaecidos en Estados Unidos en los años sesenta, donde todo transcurrió de una manera muy similar...

    Saludos.

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