martes, 19 de enero de 2010

EL QUINTETO DE LA MUERTE (1955), DE ALEXANDER MACKENDRICK. UNA VIEJECITA LETAL.


Los estudios Ealing fueron los responsables de la producción de una buena cantidad de joyas del humor británico en los años cincuenta. Pasados los horrores de la guerra, lo mejor era intentar olvidarlos a través de la risa. "The ladykillers", conocida en nuestro país como "El quinteto de la muerte", es quizá la joya de la productora.

Con reparto excepcional, en el que sobresalen Alec Guiness y un joven Peter Sellers, al final el personaje estelar resulta ser el de una inolvidable Kate Johnson, recordada para siempre por este papel de viejecita encantadora y entrometida, que frustra sin saberlo el "plan perfecto" de los atracadores que tiene por huéspedes.

Y es que no hace falta demasiado para fabricar una perfecta comedia: una casa de dos habitaciones, su dueña, que parece sacada directamente de los dibujos animados de Silvestre y Piolín y cinco desgraciados que pretenden dar el golpe de su vida a costa de la ingenua viejecita, que con su amabilidad extrema y la impagable ayuda de sus encantadores loros, acabará haciéndoles la vida imposible.

Yo la ví hace muchos años y todavía recuerdo lo que me reí. Esta vez ha vuelto a suceder lo mismo. Con sus imperfecciones y la humildad de su planteamiento, se encuentra a años luz de cualquiera de las comedias prefabricadas que se estrenan hoy día, que no se acercan ni por asomo al humor negro y cruel que destila esta joya. Y, aunque no la he visto, me parece que debe ser muy superior a la versión que realizaron hace unos años los hermanos Coen.

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